Sunday, November 18, 2012

SE REGALA UN DUEÑO DE EQUIPO, SU NOMBRE ES JEFFREY LORIA

Desde que este artista del engaño, porque eso es lo que me parece a mí, dejó ir a Miguel Cabrera, el mejor pelotero que ha lucido el uniforme de los Marlins, el único triple coronado de los últimos 46 años y el Jugador Mas Valioso de la Liga Americana, yo venía con mi rabia guardada.

Había gente que me decía que lo de Cabrera es viejo, que ya es hora de reponerse de eso y tendrían razón, de no ser que lo mismo que pasó con el venezolano, está a punto de pasar con Giancarlo Stanton, que cansado de jugar con un equipo de AA, tan pronto como pueda se va a ir a donde le paguen bien y le pongan al lado gente que de verdad lo haga llegar a un campeonato.

Me fui un ratico de paseo y en ese lapso, este caballero, y que conste que estoy haciendo todo lo posible por no usar palabras groseras, me lanzó un strike cuando yo le había pedido tiempo al árbitro principal.

Me sacó del equipo a José Reyes, a Emilio Bonifacio, a Josh Johnson y a Mark Buerhle, es decir, nos dejó sin nada, porque ya antes había sacado a Aníbal Sánchez, a Omar Infante y al único que todo el mundo quería que se fuera, a Hanley Ramírez.

Para los que no tienen memoria, les pido que recuerden quién fue el tipo que desmanteló a los Expos de Montreal, un equipo que contaba con nombres como éstos:

Andrés Galarraga, Larry Walker, Moisés Alou, Marquis Grissom y Pedro Martínez.
Todos puestos en vitrina para venderlos después, una práctica que se hizo común en los Marlins por, claro está, es fácil de adivinar, Jeffrey Loria, el infame dueño de los Marlins.

Y la foto que les pongo es para que recuerden cuando era dueño de los Expos, para que no se les olvide que la infamia anterior, se repite ahora.

La verdad que esto es un abuso. 

Yo se que estoy diciendo lo que dicen los demás, pero es un verdadero abuso que este señor se meta en el bolsillo, en su bolsillo, el dinero de un público que quiso apoyar a un equipo y el, por su incapacidad como dueño, o quizás por su astucia y quién sabe si ésto era lo que tenía planeado desde hace tiempo, quedarse con todo; total, como ellos mismos dicen, el estadio ya está construído.

Por supuesto que él y todos los que dependen de él, comenzando por su designado como presidente del equipo, Samson, van a decir que esto es  lo mejor, que no es cierto que salgan beneficiados, que están perdiendo plata, pero lo cierto es que estos caballeros le hacen daño al béisbol y a todo lo que se parezca a deporte, y ya lo han venido haciendo desde la época de los Expos de Montreal.

Que por favor se siga dedicando a sus negocios de arte, pero que deje al béisbol en paz. No le basta con haber destruído a un equipo, ahora también quiere destruir el nuestro.

Si el Comisionado del Béisbol, Bud Sellig, de verdad tiene algo que se pueda llamar testículos, debería simplemente hacer dos cosas:

  • Una, parar el cambio con Toronto de inmediato.
  • Dos, retirar a Loria como dueño de las Grandes Ligas.
  • Nada más, Punto.


Hay que hacerlo, hay que protestar, porque este hombre va a lograr destrozar lo poco que queda del ánimo por el béisbol en nuestra ciudad. Y lo peor de todo es que no es sólo eso, sino que le está haciendo un daño impresionante al deporte, porque cuando otra ciudad quiera pedirle a sus fanáticos que la ayuden a construir un estadio, lo único que va a salir es el ejemplo de Loria. Hay que salir de él lo más pronto posible, y con decirles que en este momento ya es tarde, es como para darles a entender que ya es hora de que coja camino.

Eso es todo. Y mejor no sigo, porque ahora sí es verdad que no puedo parar de decir groserías y mis amigos de este blog se merecen respeto, que es más de lo que puedo decir del señor este y sus adláteres, para no llamarlos de otra manera, que abusan del equipo de los Marlins y de sus fanáticos.

Les reto a que traigan al equipo que ande en último lugar en cualquiera de las ligas del Caribe y lo pongan a jugar contra los Marlins de Loria, para que vean que los de nuestros países ganan.

Por favor, ya es hora de salir de este señor.

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