Es que había que verlo señores, parecía un paquidermo, sin ánimo de ofenderlo ni a él ni a Pablo Sandoval por su exceso de peso; pero la verdad que parecía que no iba a llegar a la goma nunca y el guante de Posey le pasó por un glúteo, justo antes de que el atlético Fielder pasara por el plato. Y allí quedó la historia que aquí se las cuento para que la oigan en mi versión.
Disfrútenla que vale la pena.
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